jueves, 5 de junio de 2014

Arquitectura para la resistencia contra desastres naturales

Dionisio González "Arquitectura para la resistencia" para desastres naturales

El artista español Dionisio González presenta su primera exposición natural. Tratándose de "Arquitectura para la resistencia" para desastres naturales. Exhibida en la galería Yusto/Giner en Málaga inspirada en los daños que dejo el huracán Katrina en 2005. Tras un estudio de las vulnerabilidades de los edificios, el artista propone soluciones arquitectónicas alternativas, resistentes a los desastres naturales, aún son ficticios. La exposición se estructura partiendo de las series de fotografías “Dauphin Island” e “Inter-Acciones” más la instalación “Organogramas”, instalación inspirada en el contraste entre el ritmo y la sinfonía que producen el humo y los tubos de escape de las motocicletas de Hanoi (Vietnam) y el “Khene”, un instrumento musical tradicional vietnamita. La fascinación por la arquitectura, una constante en la obra de Dionisio González y su preocupación por el naufragio social le conducen a una búsqueda permanente de enclaves donde convienen el caos y la belleza. Es la primera vez que esta obra se exhibe en España.  

En el caso de Dauphin Island, es una isla situada en el Golfo de México que sufre el constante azote de huracanes, el artista quedo impresionado por la energía de sus habitantes para recuperar lo que clínicamente es destruido por la Naturaleza. Dionisio reflexiona sobre la aceptación de la adversidad y el vínculo que se establece entre la construcción y destrucción, lo que ha generado, según él, estructuras constructivas para la resignación. La precariedad económica y dicha resignación ante lo que consideran inevitable, impide a los habitantes de la isla invertir en viviendas cimentadas en hormigón, algo tan irresponsable como construir plantas nucleares en zonas sísmicas o casas en las laderas de los cerros. Esta indefensión ante la ofensiva climática provoca la intervención del artista, diseñando un proyecto de arquitectura habitable y sostenible, auténticos fortines futuristas de hierro y hormigón en sustitución de la madera. Una alternativa que hoy solo está sobre papel en la isla de la ingenuidad. Hay en esta actitud del artista una intención poco frecuente en el mundo del arte de ofrecer respuestas a los problemas del mundo, ya que en la mayoría de los casos el artista se limita a interpretarlos o simplemente a evidenciar su existencia como un reportero.

Esta actitud de Dionisio González lo sitúa en un plano que supera lo real y se sitúa en una posición más trascendental y, al tiempo, adopta un papel máximo al del urbanista, el ingeniero y el arquitecto: el de un creador que rediseña el orden establecido cambiando el statu quo. Por otra parte, “Inter-Acciones” plantea la relación del humano con el medio y el aprovechamiento de sus recursos naturales por los habitantes, en una serie de recreaciones ficticias de construcciones injertadas al entorno. La obra presenta una manera de entender el espacio en su no-arquitectura para estudiar los mecanismos de adaptación al mismo. El hecho de que las construcciones se encuentren sobre pilares de hormigón armado sosteniendo un plano horizontal estructural y quedando la planta baja exenta tiene un sentido lógicamente constructivo, pero también simbólico. Por un lado combaten el entorno y sus irregularidades, estructuran plantas vacías sin erosión pero con corrientes y flujos, permiten la función del mirador; por otra parte estatuyen un leguaje de aprobación y merecimiento con el entorno, son saludables; es decir no son ilegitimas, se interpolan desde sus postes o zancos sin viciar, sin corromper y adulterar el paisaje.

Estos son algunos de los refugios que se muestran en la siguiente galería de imágenes:








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